Denunciar la realidad de una macrocárcel como la de Zuera es más una obligación que un derecho para los que la conocemos. Desde que se abriera, con el pretexto de poner fin al hacinamiento y las condiciones lamentables de la antigua cárcel de Torrero, así lo hemos venido haciendo una vez al año, de modo pacífico, reivindicativo y lúdico, sin incidentes y con notable apoyo desde otras partes del Estado.
Año tras año, los motivos para rechazar el modelo de justicia penal segregacionista y represiva que representa este centro se han mantenido, y como consecuencia, la necesidad de demandar alternativas a la resolución de conflictos sociales que acaben con el recurso más que agotado de las rejas y el castigo se mantienen vivas e igual de urgentes que siempre.
El panorama penitenciario en Zuera, como en el resto del Estado, es sangrante. La negación del derecho a la salud, el hacinamiento que supone una ocupación de más de 1700 personas para 1008 plazas, los malos tratos, las muertes dentro de esta prisión, la incomunicación, la lejanía con las familias…
Con afán de hacer visible un problema invisible apartado por los muros ,surgió la Iniciativa Ciudadana contra las Macrocárceles que una vez al año desde hace ya seis años, organiza la Marcha a Zuera, un acto público que pretende acercar esta realidad a la sociedad, subiendo hasta la Macrocárcel de Zuera y solidarizándonos con las personas presas y los familiares que sufren día a día los desmanes de esta política penitenciaria .
Este gesto ciudadano, pacífico y solidario constituye para el Delegado del Gobierno una insubordinación digna de castigo ejemplarizante, y ha decidido sancionar y multar a sus organizadores al pago de 3000 euros.
La Delegación de Gobierno en Aragón, no sólo viene identificándonos de manera ilegal desde hace algún tiempo en actos de expresión política participativa (como la manifestación contra la base de la OTAN, la concentración contra las “Ordenanzas Cívicas”, las concentraciones por Oaxaca, la manifestación contra el desfile neonazi por el cementerio, las movilizaciones de los acampados de Primayor, y en muchas otras concentraciones a las que hemos acudido a pesar de las actitudes intimidatorias policiales), pegando carteles, participando en charlas y en muchas otras actividades… Ahora además, el Delegado, nos multa, nos cobra por defender otro modelo de solucionar los conflictos sociales. Un modelo que no se dedique, como hace la prisión, a perpetuar las injusticias sociales y reproducir los factores de exclusión para las personas presas, a castigar a sus familias, a criminalizar a los extranjeros pobres, a inflar el castigo a los pequeños delitos patrimoniales y transigir con delitos financieros y ecológicos, a tolerar el maltrato físico y psíquico en prisión, y reforzar las desigualdades.
Denunciar esta realidad es necesario, aunque sólo sea una vez al año, aunque lo hagamos con un toque festivo, aunque no interrumpamos el tráfico, ni causemos daño patrimonial alguno, aunque el aparcamiento de Zuera se nos suela quedar grande por ser menos de los que deberíamos.
Castigar esa conducta, optar por reprimir, supone ponerse en evidencia.
Los colectivos que apoyamos la celebración de la marcha contra la macrocárcel de Zuera exigimos al Delegado del Gobierno en Aragón, Javier Fernández, que cese en la actitud de acoso a la que tiene sometidos a determinados colectivos sociales, y que podamos ejercer de nuevo nuestros derechos civiles.
Adhesiones a este comunicado y más información:
Iniciativa Ciudadana Contra las Macrocárceles
Correo-e: marchazuera@yahoo.es
Web: http://marchazuera.noblezabaturra.org
Con los niños no se juega 