Frente a la moda de solucionarlo todo encerrando al personal, en cárceles, centros de protección y escuelas, con la sinverguenza de llamarlo educación, hemos querido aportar nuestro grano de arena en el debate, defendiendo, lo que, para nosotras es obvio: que la educación sin libertad no es educación y que encerrando se maltrata.
ponemos como adjunto el cartel de la campaña, para quien quiera, lo imprima y lo rule por sus zonas, y empapele los muchos centros cerrados que nos cuelan en pueblos y barrios.